El estudio de los climas es fundamental para el relieve, puesto que el clima determina los agentes externos que van a actuar sobre el paisaje. Existen muchas
clasificaciones climáticas, siendo una de las mejores la de KOPPEN y GEIGER, que diferencia cinco grandes grupos de climas: A (tropical o cálido), B (árido o seco), C (templado), D (frío) y E (polar). Cada grupo climático presenta subgrupos y divisiones, según criterios de temperatura, precipitaciones, etc.
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Dependiendo de estos tipos de climas se realiza una
división morfoclimática del planeta en varias zonas, aunque sin límites fijos al depender de varios factores: latitud, altitud, continentalidad, régimen de vientos, corrientes oceánicas, etc.
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En España:
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Del Atlas Climático Ibérico. Fuente: AEMet. |
Al conjunto de acciones, procesos y mecanismos erosivos que se producen en las condiciones ambientales propias de cada zona morfoclimática, se le llama
sistema morfoclimático de erosión. Así, cada sistema morfoclimático originará un relieve con características propias, pero sin olvidar que pueden permanecer
formas de relieve residuales o relictas, heredadas de anteriores sistemas morfoclimáticos.
A las acciones erosivas condicionadas claramente por el clima se les llama
zonales, mientras que las no condicionadas por el clima, como por ejemplo la erosión marina o la producida por el hombre (antrópica) se les denomina
azonales. Cada sistema presenta un agente dominante y característico del mismo. Por ejemplo en el templado-húmedo los ríos, en el árido el viento, en el glaciar los hielos, etc.
Fuente de las imágenes: wikipedia (excepto la reseñada).