Hace unos días, antes de las vacaciones de Semana Santa, hemos hablado en clase del concepto (tan polémico) de especie, el mecanismo clásico de especiación y los criterios naturales de clasificación, incluidos los genómicos, basados en la búsqueda de relaciones de parentesco evolutivo entre las especies. Al hilo de estas explicaciones nos viene muy bien leer el artículo del diario Público sobre nuevas pruebas genéticas de anteriores homínidos. Según el citado artículo:
"Un fósil del tamaño de un botón puso en el mapa una especie humana desconocida que vivió hace 40.000 años, muy cerca de humanos modernos y neandertales. Los datos se desprenden de su ADN mitocondrial, el que legan las madres a los hijos. El análisis hubiera sido impensable hace un par de décadas y se trata sólo del prólogo de esta nueva historia de la evolución humana, pues este año se publicará el genoma completo del neandertal y también el de la nueva y misteriosa especie, apodada Mujer X".
Los nuevos genomas podrán dar respuesta a las grandes preguntas que obsesionan a los científicos. ¿Se cruzaron las diferentes especies humanas? ¿Tuvieron descendencia? ¿Hay aún rastros genéticos de neandertales o humanos más arcaicos en los genes de poblaciones actuales? Milford H. Wolpoff, un paleontólogo de la Universidad de Michigan (EEUU), cree que hubo mezcla y que, por lo tanto, neandertales, humanos y el nuevo linaje de la Mujer X forman parte, en realidad, de la misma gran especie.
Los últimos rastros de Homo antecessor en Atapuerca son de hace unos 900.000 años, 100.000 después de que el linaje de la Mujer X se separase del de los humanos modernos. Sus descendientes podrían haber sobrevivido hasta hace 40.000 años, cuando los investigadores calculan que compartió los montes Altai del sur de Siberia con sapiens y neandertales.
El estudio sobre la ‘Mujer X’ ha sido el primero que sugiere una nueva especie humana con datos genéticos y no morfológicos, es decir, la forma y tamaño de un fósil. Los expertos en el campo no se ponen de acuerdo de si esto es posible. En realidad, el concepto de especie se creó para cosas vivas. Cuando dos seres no pueden procrear y tener descendencia fértil, son especies diferentes. Ni siquiera esto es satisfactorio, señala Johannes Krause, uno de los investigadores del Instituto Max Planck de Alemania que ha analizado el ADN de la supuesta nueva especie. “Un chimpancé y un bonobo pueden tener hijos fértiles y les separan dos millones de años de evolución”, señala. Para algunos, los nuevos genomas de neandertales y de la ‘Mujer X’ demostrarán que son en realidad la misma especie. “Hace 100 años se miraba a las diferentes razas como si fueran especies diferentes”, comenta Milford Wolpoff. “No deberíamos cometer el mismo error con los fósiles”, añade.
28.3.10
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